miércoles, 20 de marzo de 2013

ORIENTACIONES PARA PADRES DE NIÑOS DISFÉMICOS MENORES DE SEIS AÑOS

LAS INSTRUCCIONES BÁSICAS QUE DEBEN SEGUIR LOS PADRES SON:
  • Los padres deben aprender, sobre todo, a no reaccionar mal ante el niño que tartamudea: deben poner especial cuidado en no manifestar ningún signo verbal o no verbal de impaciencia o ansiedad.
  • Nunca le harán repetir una palabra o frase ni tampoco decirle que hable tranquilo o despacio.
  • No se le ha de reñir, censurar, criticar ni ridiculizar.
  • Debe evitarse al niño todo tipo de situaciones de tensión. Nadie hará observaciones al niño acerca de su forma de hablar. Se evitará que tenga contacto con personas que pudieran perjudicarle en este sentido.
  • Darle tiempo para que termine la frase. No adelantarse “adivinando” continuamente lo que va a decir. No interrumpirle excepto si verdaderamente se bloquea: en caso de que manifieste signos de esfuerzo brusco al hablar, intervenir suavemente distrayendo el esfuerzo y facilitando una buena comunicación.
  • Darle conversación y animarle a hablar en situaciones de no tensión.
  • “Leer” cuentos junto al niño, comentar lo que se ve en la TV, hablarle de cosas que le interesen, haciéndolo despacio, con pronunciación clara y frases sencillas.

  • Atenderle y conversar con él, especialmente a la salida del colegio.
  • Procurar que cada noche se acueste contento y relajado.
El niño disfémico, cuando apenas es consciente de su trastorno, o tiene aún una conciencia parcial del mismo, puede tratarse en grupos pequeños, en los que se imponen unas mínimas normas de conducta verbal que los niños deben cumplir en todo momento:
  • no hablar al mismo tiempo que otro
  • no interrumpir al que está hablando.
La actividad en el grupo puede ser variada, sobre juegos o acciones manipulativas en que se favorezca la actuación verbal en todos y cada uno de los niños. Se les ayudará a identificar y modificar determinados aspectos de su habla.

ORIENTACIONES
  1. El niño es incapaz de deshacerse de su trastorno a voluntad, no es conveniente interrumpir, corregir, hacer repetir ni anticipar lo que va a decir.
  2. Eliminar situaciones que le resulten especialmente difíciles.
  3. No reprenderle ni hacerle repetir jamás lo que ha expresado mal.
  4. Aceptar masajes incompletos, gestos de sustitución.
  5. No hablar jamás de su lenguaje delante de él.
  6. No terminar nunca las frases en su lugar.
  7. Hablar despacio y de manera relajada.
  8. Formar un clima de confianza en el que se pueda expresar tranquilamente.
  9. No manifestar nunca ansiedad ni impaciencia cuando habla.
  10. Dedicar un rato todos los días a hablar con el niño. Dirigirse a él hablando tranquilamente y pedirle que cuente algo. No se trata de pedir al niño que hable despacio, sino de que cuando está hablando despacio sobre algo se le diga: ¡Cómo me gusta que me cuentes las cosas despacio! Y no prestar atención ni hacer comentario cuando tartamudee.
PAUTAS DE CONDUCTA PARA EL NIÑO DISFÉMICO

Estas pautas se imponen paulatinamente y según el caso se hará hincapié más en unas que otras:
  1. Hablar con calma, sin precipitaciones.
  2. Poner en práctica la auto observación del habla cuando es fluida para aprender los mecanismos de la fluidez espontánea.
  3. No evitar el tartamudeo sistemáticamente. No huir de las situaciones verbales. Hablar siempre que sea necesario. Afrontar el riesgo de tartamudear, aprendiendo a perder sensibilización al problema.
  4. No desviar la mirada del interlocutor.
  5. Ir eliminando movimientos parásitos, que resultan improductivos y que no son necesarios para tener un lenguaje fluido.
  6. Utilizar, en cambio, una gesticulación que acompañe el habla facilitando la fluidez.
  7. Observar y definir lo que sucede al tartamudear. No quedarse en la impresión emocional desagradable, más o menos vaga, sino tratar de explicitar y diferenciar sus componentes emocionales, motor y verbal para conocer mejor el trastorno y poderlo tratar en sus planos.
  8. Ir eliminando el uso de sinónimos. Decir las palabras que se quieren decir y no rehuirlas aunque parezcan difíciles.
  9. Hablar con más atención y menos esfuerzo.
  10. Hablar lo más posible. No economizar la expresión verbal.
PAUTAS PREVENTIVAS AL ENTORNO FAMILIAR Y SOCIAL

LO QUE NO SE DEBE HACER
  • Sería conveniente que tanto los padres, familia y todas las personas con las cuales se relaciona el niño tartamudo aprendieran a no reaccionar de ningún modo ante el tartamudeo. Y decimos, “aprender” ya que es difícil de dejar de comportarse en la forma que uno acostumbra. Por tanto, le daríamos la consigna a los padres de “Haga lo que haga la gente cuando el niño tartamudea, debe aprender a no hacerlo”.
  • En este sentido, decir cosas que de algún modo fijan la atención del niño en su tartamudeo, deben eliminarse.
  • No demuestre su ansiedad.
  • No le haga sentir que su lenguaje es inaceptable. No se impaciente por la mejora de su tartamudeo.

LO QUE SÍ SE PUEDE HACER
Existen muchas formas de ayudar al niño tartamudo:
  1. Anímele a hablar tanto como le sea posible, especialmente en las situaciones que tanto le causan tensión.
  2. Háblele de todo aquello que al niño le interesa.

  3. Sea muy paciente, mientras él está hablando y no le interrumpa, para que sepa que dispone de tiempo, y no tenga que apresurarse a pronunciar las palabras. Si no le interrumpe, ni le corrige, él sentirá más confianza en sí mismo.
  4. Leer historietas, cuentos y que vea TV (su programa favorito) de tal forma que pueda hablar de estos temas con otras personas (padres, maestros, amigos).
  5. Eviten las situaciones que le causan tensión; por ejemplo:
No le fuerce a hablar delante de un grupo de personas.
Si dormir en la oscuridad le asusta, déjele la luz encendida.

En definitiva, no le someta a ninguna tensión innecesaria.
  1. Anímele a lucirse en las actividades para las que tiene aptitudes y dele la oportunidad de progresar en ellas. Hágale ver que si bien su lenguaje no es tan bueno como el de los otros, que sí lo es en otras cosas. Es muy importante que aumente su confianza en sí mismo.
  1. Procure que se acueste contento y relajado; tal vez, un juego, un cuento o simplemente una charla amistosa y un fuerte abrazo o beso le hará feliz.
  1. Es importante que el niño sienta su proximidad física para infundirle seguridad en sus períodos de ansiedad; cójale la mano o siéntele en sus rodillas.


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