sábado, 18 de abril de 2009

ORÍGENES



JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO.Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos

Sobre la aparición en el pasado de un lenguaje similar al que utilizamos los humanos actuales para entendernos podemos realizar infinidad de especulaciones. Así lo han hecho eminentes paleo-antropólogos durante décadas. Muy pocos especialistas se han atrevido a investigar sobre esta materia tan controvertida. Desde luego, los individuos de todas las especies se comunican entre sí de alguna manera. Pero sólo nosotros, entre la especies vivas, poseemos una comunicación compleja para transmitir cultura, conceptos o ideas, mediante un sistema de sonidos articulados y construidos según una lógica gramatical sofisticada.
Durante algunos años, mi compañero de proyecto Ignacio Martínez dedicó mucho esfuerzo a investigar el lenguaje de los homininos de la Sima de los Huesos de Atapuerca. Estos homininos tienen medio millón de años de antigüedad y no están relacionados de manera directa con nosotros, sino con los neandertales. Ante la dificultad de llegar a conclusiones satisfactorias que convencieran a los especialistas que examinaban sus investigaciones, Martínez tuvo una idea brillante: ¿por qué no estudiar la audición de estos homininos? Para ello contaba con fósiles jamás hallados en ningún otro yacimiento: varios ejemplares de los huesecillos del oído, martillo, yunque y estribo, así como con muchos datos sobre otras variables de oído de estos homininos. Los restos del yacimiento están embebidos en una arcilla finísima, que ha permitido la perfecta conservación de regiones anatómicas poco frecuentes en el registro fósil.
Ayudado por especialistas en ingeniería acústica, Ignacio Martínez pudo construir un modelo para determinar la curva de audición de los homininos de Atapuerca. Si los chimpancés tienen dos picos de máxima audición a 1 y 8 kilo-hertzios (KHz), como adaptación específica a su medio, los humanos actuales tenemos un curva con máxima audición entre 2 y 4 KHz. Los resultados del estudio revelaron que los homininos de la Sima de los Huesos tenían también su máxima audición entre 2 y 4 KHz.
Lo más interesante de este estudio es que nuestro lenguaje se emite precisamente en la banda de entre 2 y 4 KHz. En otras palabras, desde hace al menos 600.000 años y tal vez desde hace mucho más tiempo, una especie distinta de la nuestra (Homo heidelbergensis) se comunicaba a corta distancia mediante sonidos que tenían la misma frecuencia que nuestro lenguaje actual. Esto no significa haber demostrado que aquellos homininos de Atapuerca hablaran igual que nosotros, pero sí que utilizaban una comunicación parecida a la nuestra para transmitir información, ideas y conceptos, que se pueden inferir del estudio del registro arqueológico.

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